lunes, 12 de julio de 2010

Bugatti Veyron Super Sport





¿Que el Bugatti Veyron es un auto insuperable? Increíblemente esto no es así, ya que la gente del Grupo Volkswagen ha lanzado una versión muy esperada por todos los fanáticos, la edición super deportiva (como si el original no lo fuera) del hasta hoy considerado el mejor auto de todos los tiempos.

No es un Veyron al cual se le hicieron cambios estéticos para darle mayor exclusividad. Es un auto más potente, veloz y salvaje. Y es que los 1001 HP de potencia de su W16 con cuatro turbos para algunos no es suficiente.

Le han dado la vuelta de tuerca y lograron extraerle más caballos al motor. Entrega nada menos que 1200 HP de potencia (!) gracias a unos turbos e intercoolers de mayor diámetro. El torque máximo por consecuencia también fue elevado hasta los 1500 Nm.

Para compensar el incremento del poder en casi 20% se ha tenido que reforzar la suspensión endureciendo las barras estabilizadoras y los amortiguadores. También la caja de cambios ha sido reconfigurada para poder controlar a un motor más desbocado.

El exterior ha sufrido ciertos cambios, como una nueva cubierta del motor que permite cambiar la ubicación de las entradas del aire del techo para darle más ventilación a éste. Por delante las dos entradas de aire son más grandes y cuenta con un nuevo splitter. En la parte posterior tiene dos salidas de escape ubicadas en el centro del coche, antes tenía una.

Será presentado oficialmente en agosto a los visitantes del Peeble Beach Concours d’Elegance. Las primeras cinco unidades producidas tendrán la denominación Super Sport World Record Edition y tienen el color de estas imágenes. Ni pensar en adquirirlas ni preguntar por su precio porque ya todas tienen dueño.

Ahora solo queda esperar su estreno oficial y verlo en las pistas para la obtención de un nuevo récord de velocidad, ya que ahora alcanza los 434 km/h (!!!). La velocidad máxima del anterior Veyron era de 407 km/h. Es probable que acelere de 0 a 100 km/h en apenas 2.5 segundos. Alucinante.

Publicado por Diego Astudillo

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